De Guayaquil al Madison Square Garden, la imparable carrera de Carlos Ramos
Héctor Magano / 16-10-2025
De pelear en el gimnasio del Rayo Vallecano a enfrentarse a Henry Lebron en el Madison Square Garden de Nueva York, Carlos Ramos Espinoza (17-3-1) ha consolidado su nombre en el boxeo español como uno de los talentos más prometedores del peso pluma y súper pluma. Nacido en Guayaquil, Ecuador, pero nacionalizado español, ha logrado destacarse a nivel nacional e internacional, siendo campeón de España y de la Unión Europea, y disputando un campeonato de Europa de la IBF. Su trayectoria ha sido seguida de cerca por medios especializados como HA10, que han destacado su constancia y profesionalismo dentro del cuadrilátero.
Carlos comenzó su relación con el boxeo a la temprana edad de doce años. Solo dos años después, con catorce, ya tenía claro que quería dedicarse a este deporte de manera profesional. “Desde muy pequeño me han gustado los deportes de contacto, una de las figuras que más me ha marcado e inspirado ha sido Floyd Mayweather”, comentaba el púgil sobre sus inicios y modelos a seguir. Esa pasión temprana le permitió combinar sus estudios con un entrenamiento constante, que pronto le dio resultados notables en el ámbito amateur.
En 2018, tras ganar el campeonato nacional en el peso pluma, y en un intervalo de apenas siete meses, se hizo también con el campeonato de la Unión Europea de la EBU del mismo peso, adjudicándose dos títulos consecutivos que le abrirían las puertas a disputar un tercer campeonato por el cinturón europeo de la IBF. “Cuando me coroné campeón de España, sabía que en poco tiempo iba a optar por el título de la unión europea”, aseguraba el español. Este logro consolidó su reputación en Europa y llamó la atención de promotores internacionales, quienes le ofrecieron la oportunidad de competir en escenarios de alto nivel, como Estados Unidos.
Su carrera no ha estado exenta de obstáculos. Sobre su derrota frente a James Dickens, Espinoza señaló: “Fue mi primera derrota por un cinturón, una pelea igualada, perdí por falta de experiencia. Después de esa caída subí al súper pluma y me fui a los Estados Unidos para seguir peleando hasta que se presentase otra gran oportunidad”. Esta experiencia le permitió madurar como boxeador, mejorar su técnica y prepararse para retos mayores, siempre con la mirada puesta en títulos de mayor relevancia.
“El rival más difícil que he enfrentado ha sido sin duda Henry Lebron en Madison Square Garden por su bagaje y mentalidad”, destacaba Espinoza sobre el invicto boricua, rankeado por tres de las cuatro grandes organizaciones del boxeo (WBO, IBF, WBA). Aquella pelea marcó un antes y un después en su carrera, pues enfrentarse a un rival de tal nivel en un escenario de prestigio mundial consolidó su experiencia y visibilidad dentro del boxeo internacional.
El próximo objetivo en la carrera del púgil, tras recuperarse de dos lesiones de hombro consecutivas, es volver a la actividad y luchar por el título nacional del peso súper pluma. “Mi techo como atleta sin duda se encuentra en ser campeón mundial, que es lo que siempre he soñado; todavía tengo por delante mucho margen de mejora”, recalcaba el boxeador respecto a sus límites dentro de las cuatro cuerdas. Para alcanzar esa meta, Espinoza continúa entrenando diariamente, enfocándose tanto en la fuerza y la resistencia como en la estrategia y la técnica, elementos clave para competir al máximo nivel.
Medios como HA10 han seguido de cerca su trayectoria, destacando no solo sus logros deportivos, sino también su compromiso y disciplina, valores que le han permitido superar las dificultades propias de un deporte exigente y competitivo. La historia de Carlos Ramos Espinoza es un ejemplo de perseverancia y pasión, y su carrera promete seguir dejando huella en el boxeo español e internacional en los próximos años.
Nayra Solís, una historia de superación, esfuerzo y pasión ante las adversidades
Jose Daniel García / 16-10-2025
Nayra Solís es una de las jóvenes promesas del balonmano femenino español. No lo ha tenido fácil, pero en exclusiva para HA10 repasa su trayectoria y los pasos que la han llevado hasta el presente. Desde sus inicios, la jugadora del Balonmano Málaga ha demostrado que con pasión, esfuerzo y resiliencia se puede llegar a la élite.
Su historia comenzó en el equipo de su colegio, el Tierno Galván de Puertollano (Ciudad Real), donde empezó a practicar balonmano mientras también hacía gimnasia. Con el tiempo, tuvo que decantarse por uno de los dos deportes, eligiendo finalmente el balonmano, movida por una chispa especial y la ilusión que le generaba cada entrenamiento.
Su gran referente siempre ha sido Marta López, una jugadora en la que Nayra se fijaba e inspiraba para seguir mejorando. De ella admiraba “su personalidad, su estilo de juego, su liderazgo y su garra en la pista”, nos contaba la jugadora de Puertollano. Un dato curioso es que cuando Nayra empezó a jugar no lo hacía en la misma posición que ocupa actualmente, algo que refleja su versatilidad y capacidad de adaptación dentro del terreno de juego.
Para Nayra, vestir la camiseta nacional representa una de las mayores aspiraciones de su carrera. “Representar a la selección absoluta es un auténtico orgullo y honor, de las cosas más bonitas que puede alcanzar una jugadora”, afirmaba. Ya sabe lo que es defender los colores de las Guerreras, pues formó parte del equipo juvenil que se proclamó campeón del mundo en 2024, un logro que la llena de orgullo tanto por sí misma como por toda aquella generación de jugadoras que compartieron ese éxito.
Fuera de las pistas, Nayra valora el tiempo con su familia y amigos, momentos que aprovecha para desconectar y recargar energías. Sin embargo, no pierde de vista la importancia del trabajo diario y la constancia en su preparación. “Lo físico cada vez es más importante, ya que el balonmano es un deporte de mucho contacto, y lo mental cada vez está tomando más importancia”, explicaba. Es una deportista disciplinada que ha madurado rápidamente desde que comenzó a entrenar en doble sesión, tanto por las mañanas como por las tardes.
Actualmente, Nayra ha superado uno de los mayores retos que puede enfrentar cualquier deportista de élite: una grave lesión de rodilla. Sobre este proceso, nos confesaba que ha aprendido a valorar más que nunca el esfuerzo realizado para recuperarse, y que su gran objetivo ahora es “lograr su mejor versión”, algo por lo que trabaja con humildad y sacrificio cada día. Nayra Solís es, sin duda, una deportista que no se rinde ante las adversidades y que siempre mantiene una actitud positiva, incluso en los momentos más difíciles.
Lucas García Pernas comparte su experiencia con los alumnos del Curso Superior de la APDE
Héctor Hernández / 15-10-2025
Lucas García Pernas, redactor y narrador en Radio Nacional de España, visitó a los alumnos del Curso Superior de Periodismo en Eventos Deportivos de la Asociación de Periodistas Deportivos Europeos (APDE) para compartir su trayectoria profesional, sus vivencias en el mundo de la comunicación y una serie de consejos sobre cómo afrontar los retos del periodismo deportivo actual.
Exalumno del mismo curso, García Pernas regresó al aula donde se formó hace una década. En su intervención recordó con emoción aquellos primeros pasos en la profesión y destacó la importancia que tuvo su paso por la APDE para construir una base sólida que le ha permitido desenvolverse con soltura en distintos ámbitos del periodismo. Subrayó que su formación le otorgó una visión global del oficio, algo que considera esencial en un entorno cada vez más competitivo y cambiante.
Durante la charla, explicó que el periodista moderno debe estar preparado para afrontar múltiples tareas y adaptarse a los nuevos formatos que demanda la audiencia. En ese sentido, incidió en la necesidad de adquirir competencias diversas: “Ahora los periodistas no somos mono-tarea. Hay que saber escribir, narrar, grabar y locutar”.
Esa versatilidad, señaló, es lo que marca la diferencia entre un periodista preparado y otro que se queda atrás. En un sector donde la inmediatez y la tecnología son protagonistas, García Pernas animó a los alumnos a mantener siempre una actitud abierta al aprendizaje y a no limitarse a una sola función. “Hay que salir de la zona de confort y mostrarse predispuesto a todo”, comentó, insistiendo también en la importancia de conocer a fondo todo tipo de deportes, incluso aquellos menos mediáticos, ya que esa amplitud de miras puede abrir puertas inesperadas en el futuro.
A lo largo de su trayectoria profesional, que ha desarrollado principalmente en Radio Nacional de España, Lucas ha aprendido que el periodismo deportivo requiere una gran dosis de entrega y vocación. “Es una profesión muy sacrificada. Requiere muchos sacrificios, pero merece la pena si es tu pasión. Es muy gratificante”, aseguró ante los estudiantes. Sus palabras reflejan una realidad que muchos jóvenes periodistas descubren al incorporarse al mercado laboral: la necesidad de trabajar con dedicación y perseverancia para ganarse un lugar en un ámbito altamente exigente.
Antes de finalizar su intervención, García Pernas quiso dejar un último consejo práctico a los alumnos del curso: “Aprovechad cada salida y cada evento, ya que nunca sabéis si vais a estar en otro medio que os acredite para cualquier partido”. Con ello, animó a los futuros periodistas a valorar cada oportunidad, por pequeña que parezca, y a construir desde la experiencia diaria su propio camino profesional.
La visita de Lucas García Pernas dejó una enseñanza clara: el periodismo deportivo no solo demanda talento, sino también constancia, esfuerzo y pasión. Su testimonio sirvió para recordar que, detrás de cada narración o crónica, hay años de preparación, sacrificio y compromiso con la información veraz. Su trayectoria demuestra que, con dedicación y entrega, es posible transformar una vocación en una profesión sólida y duradera dentro del panorama mediático español.
Isabel Barreiro: “Estar en Los Ángeles sería un objetivo realista y a la vez complicado, pero un sueño
Laura Piqueras / 14-10-2025
Isabel Barreiro comparte en una entrevista para HA10 cómo comenzó su relación con el atletismo, un deporte que ha marcado su vida y en el que sigue persiguiendo nuevos logros.
La atleta reconoce que su inicio en esta disciplina fue fruto de una casualidad. Todo comenzó tras una charla en el colegio, donde la animaron a practicar atletismo. A los seis años dio sus primeros pasos en este deporte, iniciando así una larga trayectoria que la ha llevado a competir en la máxima categoría del atletismo español.
Aunque en un principio lo hacía por diversión, Barreiro admite que no fue hasta los veintitrés años cuando se planteó dedicarse al atletismo de manera profesional. “Al principio entrenaba porque me gustaba, pero realmente hasta quizá en el último año de Sub-23 no me había planteado seriamente dedicarme a esto”, explica. Desde entonces, cada entrenamiento y competición han supuesto un paso más hacia adelante en su carrera.
Para la mayoría de los atletas, el salto de la categoría Sub-23 a la absoluta supone un cambio importante al que deben adaptarse. Sin embargo, para la española no fue así. “En categoría Sub-23 ya se nos suelen juntar mucho con las absolutas, entonces ya te vas midiendo un poco con las mayores. No me costó demasiado”, asegura. Su progreso la ha llevado a conseguir grandes resultados, entre ellos la cuarta posición en el Campeonato de Europa Sub-23 en los 5.000 metros y la medalla de oro en el Campeonato de España de 10.000 metros.
El atletismo le ha dejado infinidad de recuerdos, pero destaca especialmente su primera medalla absoluta en cross, un momento que define como “clave” en su carrera. Paralelamente, ha sabido compaginar el deporte con su formación en fisioterapia. “No es fácil, pero siempre me organicé muy bien. Lo que más me gustaba era ir a entrenar, y sabía que, si no organizaba mi tiempo, no iba a poder hacerlo. En la universidad, con las prácticas largas, era complicado, pero lo conseguí”, explica. La organización, la constancia y la disciplina son algunos de los valores que el atletismo le ha inculcado.
Actualmente, Barreiro tiene metas claras: prepararse para la media maratón de Valencia, centrarse en el cross y después en la pista, con los 5.000 y 10.000 metros como objetivos principales. A largo plazo, como muchos atletas, sueña con participar en unos Juegos Olímpicos: “Sí, es algo que también me gustaría conseguir. Estar en Los Ángeles sería un objetivo realista y a la vez complicado, pero un sueño”, concluye.
David González, las adversidades son el último escalón hacia la meta
Guillermo Lanchas / 14-10-2025
David es un ciclista natural de Fontiveros (Ávila) que actualmente milita en el equipo suizo Q36.5, con el que ha participado recientemente en la Vuelta a España 2025. Acumula ya siete años en el campo profesional.
A pesar de encontrarse en un gran momento tras esta última gran vuelta, no siempre fue así. En su etapa amateur estuvo muy cerca de “colgar la bici”. “Pasé dos o tres años muy duros, me rompí la rótula y los ligamentos de la rodilla”, confirmó para HA10. Aquella lesión comenzó a alejarle del sueño que perseguía desde sus comienzos en la competición, cuando apenas tenía siete años.
Sin embargo, como él mismo relata, de un año a otro empezó a destacar, recuperando el nivel que mostraba en las categorías de escuelas. Tal fue su progresión que, en su cuarto año como amateur, ya contaba con siete victorias en las mejores vueltas a nivel nacional y una en la Copa de España.
Ese gran rendimiento le permitió dar el salto al pelotón profesional en 2019, una etapa que recuerda con especial cariño. “Lo recuerdo como algo increíble, siempre lo vi casi imposible”, añade. “Además ese año rendí muy bien y disfruté muchísimo de la bici”, llegando a afirmar que fue el año en el que más disfrutó de este deporte.
En su quinto año debutó en la Vuelta a España, donde vivió una experiencia inolvidable: “fue una experiencia inolvidable. Siempre vas con miedo porque son veintiún días, pero me di cuenta del tipo de corredor que era”. Aquella competición le aportó una gran madurez, tanto a nivel personal como profesional.
Este mismo año cambió de equipo y firmó por su actual club, el Q36.5, un cambio que no fue sencillo. “Fue un cambio vertiginoso por la diferencia de idioma y las dimensiones del equipo, además de tratarse de una escuadra muy joven y en pleno crecimiento”, explicó para HA10. “Me costó adaptarme, pero ahora estoy muy feliz”.
Aunque el traspaso resultó inicialmente abrupto, le permitió disputar una nueva edición de la Vuelta a España 2025, muy diferente a la de su debut. “Ha sido totalmente diferente, veníamos con un objetivo claro: apoyar a Tom Pidcock, y eso conlleva mucha responsabilidad”. El trabajo del equipo se reflejó en el resultado final, logrando que el corredor británico subiera al tercer escalón del podio. “Hemos hecho historia estando en el pódium de la Vuelta a España”, asegura para HA10.
“La victoria es el objetivo de cada entrenamiento”, nos comenta. Esa mentalidad lo convierte en un corredor ambicioso y competitivo. Aunque reconoce que actualmente su rol en el equipo no es el de líder, mantiene intacta su ambición por ganar. Por eso, uno de sus recuerdos más emotivos está ligado a una victoria: “levantar las manos en Torres Vedras, Portugal, fue un momento especial, no estábamos pasando los mejores momentos familiares”.
Por último, lanza un llamamiento a los equipos ciclistas y a las instituciones públicas y privadas de la provincia abulense para que sigan apostando por los niños, permitiendo que, como él, puedan cumplir sus sueños. Remarca que sin el apoyo de esas entidades, todo sería imposible.
Carlos Alonso, madurez envidiable para una promesa del futsal
Carlos Castillo / 13-10-2025
Con apenas dieciocho años, Carlos Alonso Font ya compite en la máxima categoría del fútbol sala, y no en cualquier equipo: lo hace en el Cartagena, vigente campeón de liga. El joven jugador busca hacerse un hueco en una plantilla llena de talento, con una competencia y presión que pocos pueden manejar. En conversación con HA10, comparte sus aspiraciones y su visión del futsal.
Carlos proviene de una familia muy ligada al deporte, especialmente al fútbol sala, ya que tanto su padre como su hermano estuvieron profundamente vinculados a esta disciplina. “Desde pequeñito me relacioné con el mundo del fútbol sala porque a mi padre le ha gustado siempre jugar y fundó el club en Calpe y yo pasaba muchas horas en el pabellón. También, por supuesto, influyó que mi hermano mayor practicara este deporte y se le diese muy bien, esto hizo que me iniciara en el futbol sala y que cada vez me gustara más y que disfrutase mucho practicándolo”.
Su hermano Hugo, de hecho, llegó a jugar en clubes como el Murcia y el Alzira, ambos pertenecientes a la Primera División masculina de fútbol sala.
Esta temporada, Carlos milita en el Cartagena, y aunque se trata de su debut en la categoría, es consciente de que los minutos de juego son limitados y la competencia es máxima. “Pienso en aprovechar cada momento de los entrenamientos para mejorar, crecer y llamar la atención del entrenador. Y si cuento con algún minuto, intentar estar lo mejor preparado posible para ayudar al equipo a conseguir sus objetivos”.
En apenas dos partidos ya consiguió anotar su primer gol en la categoría, frente al Ribera Navarra, demostrando al cuerpo técnico que tiene cualidades para aportar al equipo. “Considero que puedo aportar cosas tanto en el aspecto defensivo, por mi energía, espíritu, intuición y rapidez, como en el aspecto ofensivo, en la creación de juego, desborde y búsqueda del último pase y finalización”.
Defender los colores de España tampoco es algo nuevo para él, ya que ha sido convocado por la selección juvenil española. Si todo sigue su curso, su salto a la absoluta no sorprendería a nadie, aunque el joven prefiere mantener los pies en el suelo. “Bueno, para eso todavía queda, pero nunca digas nunca. Yo voy a seguir trabajando cada entrenamiento y cada partido para mejorar en todos los aspectos posibles y si llega la oportunidad, pues a aprovecharla lo mejor posible”.
El Cartagena busca revalidar el título de liga y, por el momento, el equipo marcha líder en la clasificación, firmando un inicio de temporada brillante. “Viendo cómo están jugando mis compañeros, el hambre que tienen, las ganas de conseguir otro título… Si le sumamos el trabajo del cuerpo técnico, que para mí es lo que marca la diferencia, hay muchas posibilidades de conseguir el título”.
Silvia Morell: “El arbitraje es un poco subjetivo por aquí”
11-10-2025 / Entrevistas con Silvia Morell, Mencia Peláez, Mireia Guiral e Isabel Riley tras el Real Canoe -- CN Mataró (División de Honor Femenina de Waterpolo)
Rodrigo Suarez, ilusión y esfuerzo camino a los Juegos Paralímpicos
Aitor Serrano / 10-10-2025
Rodrigo Suarez Garrosa es un joven judoca que, desde temprana edad, sufre de retinoblastoma bilateral, una forma de cáncer ocular infantil que reduce considerablemente su capacidad visual. Sin embargo, esto no ha sido un obstáculo en su ascenso como deportista de élite, y ha querido compartir su historia con HA10.
Acompañado por su discapacidad visual desde pequeño y con padres que enfrentaron problemas similares, Rodrigo se adentró en el mundo del judo con apenas siete años como actividad extraescolar. “Siempre me ha gustado competir y el judo era un deporte donde me encontraba muy cómodo”. Con esa motivación, llevó su amor por este deporte a las jornadas deportivas de la Fundación ONCE, donde comenzó a practicar con personas con su misma discapacidad. “A mi parecer, el judo es el deporte más inclusivo que hay en el mundo”.
Aunque el mundo del deporte profesional suele percibirse como una meta lejana, Rodrigo nunca desistió: “Desde pequeño me gustaba ver los juegos olímpicos y en especial los paralímpicos, pensando que algún día seria yo el que estuviera al otro lado de la pantalla”. Así, empezó a competir en campeonatos tanto regulares como adaptados, hasta que en el Campeonato de Finlandia 2022 hizo su debut internacional, aunque todavía no profesional. Ese escalón llegó este pasado mayo, cuando, con apenas 19 años, el judoca se estrenó como profesional en Kazajistán.
Por desgracia, su debut no trajo los resultados esperados. Finalizó en séptimo lugar, aunque lejos de desmotivarse, Rodrigo se propuso esforzarse más para que “la próxima vez que me enfrentase a ellos el resultado fuera diferente”.
El judoca fue fiel a su palabra y, con actuaciones impecables, logró alzarse campeón en los Juegos de la Juventud de Turquía y llevarse la medalla de bronce en el Europeo de Georgia. Nuestro invitado confiesa que todo vino gracias a un arduo trabajo sobre su figura: “Vi cuales eran los puntos en los que había fallado y busqué mejorarlos, trabajando día a día”. Estos logros han dado un gran impulso a Rodrigo, sin embargo, afirma que en Georgia se quedó con hambre de más.
A pesar de estos recientes éxitos, el judoca no ha perdido de vista quién es: “El Rodrigo del futuro mantendrá los mismos valores que ahora, esfuerzo, trabajo e ilusión, además de disfrutar de cada momento”. Con estos valores como bandera, Rodrigo nos deja un consejo: hacer siempre lo que más nos ilusione y luchar por lo que queremos. “La forma de lograr nuestros objetivos es la constancia, perseverancia y disciplina, con especial énfasis en el respeto y la gratitud”.
Con el hambre, esfuerzo e ilusión que le caracterizan, Rodrigo se prepara ahora para el Gran Slam de Brasil el próximo diciembre, un paso más hacia su sueño de ser él a quien veamos por televisión en las próximas Olimpiadas.
Miguel Benítez, esfuerzo, constancia y pasión por el pádel
Jose Daniel García / 09-10-2025
Miguel Benítez, un nombre reconocido en el mundo del pádel, comparte con HA10 su historia de dedicación, esfuerzo y superación. Su vínculo con este deporte comenzó desde muy pequeño, creciendo en un entorno donde el pádel formaba parte de su día a día.
El jugador andaluz empezó a jugar siendo apenas un niño, cuando acompañaba a sus padres a distintos clubes. “Mis padres me dejaban jugar cinco minutillos para entretenerme y así cada vez me fui integrando más y más en el pádel”, recordaba entre risas. Aquel gesto, que en un principio fue una distracción infantil, se convirtió con el tiempo en el punto de partida de una trayectoria marcada por la constancia y el sacrificio hasta hacer del pádel su profesión.
En sus inicios, Miguel no contaba con un referente claro, aunque admiraba a los grandes jugadores de la época. Juan Martín Díaz y Fernando Belasteguín, entonces número uno del mundo, eran sus principales figuras de inspiración. También disfrutaba viendo a Cristian Gutiérrez y a la mítica pareja formada por Seba Nerone y Gaby Reca, de quienes destacaba su estilo de juego. Con esas referencias, Miguel fue forjando su propio camino y se define como “un jugador peleón, guerrero y estratega”, con una gran afinidad por seguir las tácticas que marcan sus entrenadores.
A lo largo de su carrera, el jugador del Puerto de Santa María ha vivido momentos muy significativos. Entre ellos, destaca el título de campeón de España en categorías inferiores, su acceso a las previas y al cuadro del WorldPadel Tour, así como la victoria que logró ante Juan Lebrón y Ale Galán cuando formaban la pareja número uno del mundo. Tal y como nos explicaba, esta última fue la más “mediática” y marcó un antes y un después en su carrera, reforzando su ambición por seguir aprendiendo y mejorando.
Fuera de las pistas, Miguel también demuestra su versatilidad. Le apasiona pasar tiempo con su familia y disfrutar de distintos deportes, de los que intenta aprender siempre algo nuevo, aunque reconoce que “no tengo el tiempo que me gustaría para poder ponerlos en práctica”. También reflexionó sobre la evolución del pádel en los últimos años y señaló que se siente más cómodo jugando en pistas indoor, donde no se premie únicamente la pegada ni el juego lento, sino un estilo más equilibrado.
Uno de los aspectos más admirables de su trayectoria es cómo ha sabido convivir con la diabetes, convirtiéndola en una forma de vida que gestiona con disciplina y el apoyo de especialistas que lo acompañan a diario. Aun así, admite que le gustaría “poder quitársela en las competiciones”.
Actualmente, tiene un objetivo claro: “Estoy centrado en recuperarme de la lesión que tengo, que me impide jugar hasta final de temporada, y poder completar la próxima entera con un gran nivel y rendimiento”.
Miguel Benítez es mucho más que un jugador de pádel. Representa el esfuerzo, la constancia y la mentalidad ganadora de quienes convierten su pasión en un modo de vida.
Jokin ‘Hunter’ García, del K1 al campeonato de España con fuerza y templanza
Héctor Magano / 08-10-2025
Sobre el boxeo: “Esa adrenalina y el respeto por los compañeros fue lo que me enamoró del deporte”, afirmó Jokin García en entrevista con HA10. Jokin “Hunter” García (12-2-1, 7 nocauts) es un boxeador vizcaíno y campeón de España del peso ligero. Comenzó su trayectoria en el boxeo a los catorce años, cuando tras apuntarse a clases de K1, se dio cuenta de que lo suyo no eran las piernas, sino los puños. Hoy, a sus veinticinco años, se prepara para realizar su primera defensa del título frente al madrileño Antonio Collado. La pelea se disputará el 22 de noviembre en La Casilla, Bilbao. “Habrá otro cinturón en juego, aunque aún no puedo decir cuál”, comentaba el púgil.
En su carrera profesional, Jokin se ha enfrentado a boxeadores de gran prestigio a nivel nacional, como Rafael Acosta o Brian Peláez, quienes han sostenido el campeonato de España del peso ligero. De todos los rivales que ha enfrentado, el más destacado ha sido Peláez, contra quien se ha medido en dos ocasiones consecutivas.
Jokin nos contó los cambios que implementó de la primera a la segunda pelea. Sobre el primer encuentro, comentó: “Yo siempre le he tenido mucho respeto como boxeador, pero yo sentía que era más fuerte que él, consideré que el planteamiento que debía llevar a cabo para ganar era ir hacia delante sin dejarle respirar”. “Siempre me he sentido cómodo fajándome con el boxeador que me pongan, soy robusto y hago daño, pensé que le podía noquear”, señalaba García. Tras recibir un empate por decisión mayoritaria, Jokin y su equipo reformularon el plan de pelea que les permitió derrotar a Peláez en el segundo combate, en marzo de 2025.
El día de la pelea, habiendo dado un peso de 134¼ libras en la báscula, Jokin García adoptó un estilo muy diferente al del primer encuentro, manteniendo la distancia, golpeando y saliendo, anulando así el característico boxeo contragolpeador de Brian Peláez. “Fui a boxear en vez de fajarme, mi entrenador, Javi Vaquero, y el resto de mi equipo se encargaron de interiorizarme un estilo totalmente contrario al que estaba acostumbrado”. “Estuve tocándole, moviéndome, no siendo un blanco fijo y midiendo bien la distancia de golpeo, gracias a esto pude contrarrestarle”.
Durante la entrevista, Jokin también compartió los aspectos que necesita mejorar: “Necesito tener autocontrol sobre el ring, saber cuándo tengo que atacar, defender, irme o quedarme al intercambio”. En definitiva, resaltaba la importancia de la templanza a la hora de tomar decisiones: “Hay veces que se me cruza y me gusta liarme al palo, tengo que aprender cuándo es momento de ir al cruce y cuándo toca moverse y agarrar”.
Respecto al cambio de categoría, explicó: “Para el torneo de Riyadh no pude pelear en ligero, así que tuve que subir al superligero, me sentí más cómodo y no sufrí tanto con el peso”. De cara al futuro, el púgil asegura que subirá a las 140 libras: “Intentaré hacer dos peleas más en las 135 y, a la que haya una buena oportunidad en el superligero, subir”.
Almudena Rodríguez, la referente del balonmano canario que sueña con ganar una liga con el club de su tierra
Héctor Hernández / 08-10-2025
Almudena Rodríguez es una de las grandes referentes del balonmano canario. Lateral derecho del Club Balonmano Remudas y de la Selección Española, con más de cien internacionalidades, la jugadora teldense repasa en una entrevista con HA10 su trayectoria, sus retos y su futuro.
Criada en los terrenos de juego de Telde, su historia con el balonmano comenzó casi por casualidad. “Empecé con 8 años porque había entrenadores que impartían clases de balonmano en los colegios. Al final de una clase, se acercó a mí, me dijo que le había gustado mucho y si quería probar en el Remudas. A partir de ahí empecé a probar y a jugar al balonmano”, recordó.
Desde pequeña, Almudena tenía claro que llegaría lejos. “En categorías superiores recuerdo que mi madre se cabreaba conmigo porque le decía que yo algún día viviría de esto. Me decía que tenía que estudiar porque no iba a ser posible. Empecé a ir con la selección canaria, la española y poco a poco me fui dando cuenta de que quizás podía dedicarme profesionalmente a esto y así fue”, comentó.
Debutó con el primer equipo del Remudas en 2013 y, en pocos años, alcanzó grandes éxitos, conquistando en dos ocasiones la Copa de la Reina y la Challenge Cup. “Para mí era un premio. Era la más pequeña del equipo, pero me gustaba porque podía aprender de las mayores. Ellas se portaron muy bien conmigo. Desde pequeña tuve muchos minutos en la categoría y eso te hace sentir como una más. Teníamos un grupo luchador y muy guay, lo que nos hizo ganar esos títulos. Fue una gran alegría”, explicó.
Tras cuatro campañas en el equipo de Gran Canaria, decidió dar un paso más en su carrera y emprender una nueva aventura fuera de España. Fichó por el Gloria Bistrița rumano, donde jugó dos temporadas. “Cogí la oportunidad porque quería conocer otro balonmano, otro mundo. En el Remudas había conseguido varios títulos, estaba a un buen nivel individualmente y me llegó esa oferta. Tenía veintitrés años, era un reto personal y profesional. Irme lejos de la familia, estar en un club nuevo, un nivel diferente que el de España, me motivaba. Lo vi como un gran reto para seguir superándome y estar en la absoluta, y cumplir el sueño de jugar unas Olimpiadas. Además, crecí personalmente. Era una niña lejos de casa y eso te hace madurar muchísimo más”, confesó.
Posteriormente, continuó su carrera en Alemania, donde defendió durante una temporada la camiseta del Thüringer HC. Más tarde, regresó a Rumanía para incorporarse nuevamente al Gloria Bistrița, donde disputó otras dos temporadas.
Su adaptación al extranjero fue excelente. “Me sentía como en el Remudas, pero ahí. Las compañeras que tenía eran geniales y el entrenador confió mucho en mí. Llegar a un equipo nuevo donde tus compañeras te integran y tu entrenador te pone minutos y confía en ti, pues hizo que la adaptación fuera muy buena”, comentó. Es, sin duda, una etapa que recuerda con especial cariño: “Siempre le digo a mis compañeras que si tienen la oportunidad de vivir esa experiencia, que por lo menos una vez en la vida la vivan. Es totalmente diferente. El nivel físico, los entrenamientos, las compañeras. Hay un cambio muy grande. Eso viene muy bien porque te pones a prueba para saber hasta dónde puedes llegar. Nunca me arrepentiré de esa decisión”.
Su salto a Europa llamó la atención de la Selección Española y pronto se convirtió en un nombre habitual en las convocatorias de Las Guerreras. Con el combinado nacional conquistó la medalla de oro en los Juegos Mediterráneos de 2018 y la de plata en el Mundial de Japón 2019. Además, participó en los Juegos Olímpicos de Tokio, donde España finalizó en novena posición. “Esa primera medalla de oro fue muy importante porque me convertí en deportista de élite. El subcampeonato fue un subidón y los Juegos Olímpicos fue el sueño que me faltaba por cumplir. Fue la mejor experiencia de mi vida. Ojalá todo el mundo pudiera vivirlo”, recordó con emoción.
Después de varias temporadas en Rumanía y Alemania, Almudena regresó al Remudas en 2022. “Soy una persona que se guía mucho por lo que siente. Sentí que me quería ir, que quería vivir otras aventuras. El club quería que siguiera ahí, pero al final tenía otros planteamientos de volver a casa. Tengo mi hogar aquí y quiero seguir formándome en los estudios cuando deje el balonmano. Sentí que extrañaba mucho mi familia. En ningún momento me arrepentí”, afirmó.
Sin embargo, su vuelta no fue la esperada. En esa misma temporada, en el último partido de liga del equipo teldense, la lateral grancanaria sufrió una grave lesión que la mantuvo más de un año fuera de las pistas. “Cuando volví al Rocasa tuve una lesión de cruzado y me perdí esa temporada. Este último año ha sido de adaptación, jugando partidos para recuperar el nivel”, explicó.
De cara a la próxima campaña, Almudena se muestra ilusionada y optimista. “A nivel individual, esta temporada vuelvo a sentir que soy la Almudena de antes. Queda seguir trabajando, pero voy muy bien encaminada. Quiero seguir en esa línea y demostrar día a día que puedo. A nivel colectivo quiero luchar por todos los títulos, tanto por la liga como estar en la Copa de la Reina y, si estamos bien clasificadas en liga, jugar la Challenge Cup”.
Entre sus objetivos, hay uno que aún sueña con cumplir: “Me gustaría cumplir el sueño de ganar una liga con el Remudas. Cuando yo me fui, ganaron una liga y todo el tiempo que he estado aquí nunca hemos ganado ese título”, confesó a HA10.
Finalmente, deja un mensaje inspirador para las nuevas generaciones que ven en ella un ejemplo a seguir: “Que disfruten de lo que hagan, porque si no disfrutas terminas aburriéndote y no podrás llegar (a la élite). Que sean conscientes de que es un camino largo, pero que con trabajo y esfuerzo se puede llegar hasta donde te lo propongas. Y si no lo consigues, que al menos te sientas satisfecha con que lo hayas dado todo”.
A sus treinta y un años, Almudena Rodríguez sigue siendo una de las grandes figuras del balonmano nacional. Su sueño de levantar una liga con el club de su tierra permanece intacto, con la misma ilusión de aquella niña que, con ocho años, comenzó a lanzar su primer balón en el colegio San Roque.
Lucía Rodríguez, pasión y resiliencia en su camino hacia la élite del atletismo
Laura Piqueras / 07-10-2025
Lucía Rodríguez, tras competir en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 y proclamarse campeona de España, cuenta en una entrevista para HA10 cómo ha sido su trayectoria en el atletismo hasta alcanzar la máxima categoría.
La atleta descubrió este deporte de manera casi natural, ya que creció rodeada de referentes en su propia casa. Su padre lo practicaba, y aunque no se dedicaba profesionalmente, le transmitió a Lucía la misma pasión. “Fue una mezcla de cosas las que hicieron que me dedicase a esto. Yo destacaba bastante y tenía un círculo muy bueno a mi alrededor que siempre me aconsejaba. Todo el mundo me decía que tenía muchas oportunidades dentro del deporte”, comenta.
Desde los ocho años comenzó a participar en competiciones locales y, lo que empezó como un mero pasatiempo, se convirtió años después en su rutina diaria. Sus primeros pasos en clubes locales en El Escorial le permitieron entrenar y formarse como deportista, creciendo de manera progresiva. No obstante, su punto de inflexión llegó cuando decidió estudiar bachillerato en un centro de alto rendimiento. Allí, el deporte no era solo una actividad, sino una forma de vida, lo que le hizo comprender que debía apostar por el atletismo para dedicarse plenamente a él en el futuro.
En 2021 alcanzó uno de sus mayores logros: participar en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Aunque estos se celebraron fuera de la normalidad debido a la pandemia, para ella supusieron un reto tanto emocional como físico. “Unos Juegos Olímpicos es difícil de explicar porque lo que vives allí es tan brutal y emocionante que no hay palabras. Fue una experiencia muy diferente por la situación del COVID, pero el ambiente en la villa, la competición, la emoción… fue algo increíble”. Rodríguez reconoce que, en ese momento, debía ser realista. Pese a que no aspiraba a una medalla, consiguió superar su marca personal en dos días consecutivos, además de clasificarse para la final. Antes de Tokio, Lucía ya había logrado su primera internacionalidad en un europeo de pista cubierta en Torun, una de las competiciones que recuerda con más cariño.
A lo largo de su carrera, Rodríguez ha tenido que aprender a convivir con largas etapas de lesiones. “Lo más complicado es el nivel mental. Puedes trabajar mucho el físico, pero gestionar las lesiones y los momentos complicados es lo más difícil. Es verdad que nos llegan a todos y antes me frustraba mucho, pero ahora trato de ver todo como parte del proceso”, afirma.
Lucía Rodríguez representa mucho más que una atleta de élite. Es un ejemplo de pasión, dedicación y resiliencia. Su historia demuestra que el atletismo puede ser mucho más que un deporte. Además, recuerda que las metas no se alcanzan de un día para otro: el camino está lleno de desafíos, pero con constancia y motivación todo es posible.
Judith Cobián, veinte años y el futuro del hockey línea francés en la máxima competición española
Guillermo Lanchas / 06-10-2025
Judith Cobián, con tan solo veinte años, ya compite en la máxima liga nacional de hockey línea, y no en cualquier equipo: forma parte del vigente campeón de la OKLiga femenina. Además, representa a su selección nacional, Francia, en las competiciones internacionales más importantes, habiendo disputado el europeo hace apenas un mes.
El futuro se presenta prometedor para ella, aunque con un matiz agridulce: “A día de hoy hay muy pocas jugadoras que se puedan ganar la vida de ello, por lo que habrá un punto de mi vida que tendré que dejar de lado el hockey y centrarme en tener un futuro estable”.
Pero no se puede hablar de futuro sin mirar atrás. Judith, como cualquier niña de siete años curiosa e inquieta, se apuntó a la extraescolar de hockey para pasar el rato. Le gustó, y solo un año después se federó en esta disciplina.
Poco a poco fue escalando en el deporte hasta debutar en la máxima competición de hockey línea española. Sobre esa experiencia declara para HA10: “Impresiona, porque venía de jugar en OK Plata y al final hay mucha diferencia de nivel, pero también lo viví con emoción y con ganas de comerme el mundo”.
Sus insaciables ganas de competir la llevaron a ser convocada por la selección francesa, aunque Judith también podía haber representado a España, ya que tiene doble nacionalidad. Hubo un factor decisivo en su elección: “Siendo realista, en España es mucho más complicado que puedan contar contigo, pero muy contenta de haberlo decidido”.
Gracias a esta decisión, Judith pudo disputar en septiembre el europeo celebrado en Portugal, en el que su equipo finalizó en un frustrante cuarto puesto: “Creo que podríamos haber peleado algo más el tercer puesto europeo, pero al final Italia planteó un mejor partido”, añade. “Al final llevas un peso de todo un país en una camiseta y es mucha responsabilidad y sacrificio, pero con pasión, todo es más fácil”.
Por otro lado, España se alzó con el trofeo, pero como bien confirma Judith, no se arrepiente de su elección: “La decisión fue meditada y en frío, durante bastante tiempo”.
A nivel de clubes, cuenta con un total de cinco títulos: tres nacionales y dos internacionales. A pesar de ello, el que recuerda con más cariño es el intercontinental de 2023, en el que se proclamaron campeonas del mundo: “Siempre es un lujo jugar en el Aldo Cantoni (Argentina), delante de tantísima gente y sobre todo consiguiendo un título”.
Por último, Judith hace hincapié en la falta de apoyo a deportes minoritarios y lanza un llamamiento a los aficionados para que llenen los pabellones y aumente la movilización en redes: “Claro que el hockey puede ir a mejor, pero esto es trabajo de todos”.